Claudia Ochoa Félix murió como vivió: en medio de lujos y de especulaciones sobre su vida. En México la conocían como la Kim Kardashian de Sinaloa o la Emperatriz del Ántrax, tras probarse su relación con el líder y fundador de los Ántrax.
Fotos en Venecia, París, sobre un caballo de paso fino o portando un fusil de asalto hacen parte de sus imágenes en redes.
En su momento, fue señalada de tener una relación con José Rodrigo Arechiga, alias “El Chino Ántrax”, extraditado a Estados Unidos hace cerca de cinco años.
De hecho, se decía que era la mujer más poderosa de Sinaloa. Sin embargo, nunca apareció en registros oficiales ni en investigaciones.
El pasado sábado subió un último video antes de que su cuerpo fuera hallado sin vida en un lujoso apartamento de Culiacán.
Las autoridades de México señalan que la mujer, modelo de 34 años, habría sido víctima de una sobredosis.
Juan José Ríos Estavillo, fiscal general de Sinaloa, dijo a la prensa que se descartaba una muerte violenta. Confirmó que los peritos hallaron el cuerpo de «la Kardashian» desnuda sobre su cama.
«Fue un infarto de miocardio por asfixia, provocado por una sobredosis», señalaron de manera rápida, mientras algunos temían que el caso desatara una crisis en la mafia de Culiacán.
La noticia de su deceso la divulgó su hermano Sergio Ochoa Félix, a quienes la prensa local describe como un empresario de la región.
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