El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, urgió este jueves al gobierno de Turquía a elegir si permanece en la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, o toma la decisión de continuar con la compra de un sistema antimisiles a Rusia.
Pence y el ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Mevlüt Çavusoglu, dejaron claras sus diferencias en una conferencia celebrada en Washington antes de la reunión del viernes de los ministros de Exteriores de la OTAN.
«Turquía debe elegir, ¿quiere seguir siendo una parte fundamental de la alianza militar más exitosa de la historia del mundo o quiere arriesgar la seguridad de esa colaboración tomando decisiones que podrían socavar la alianza?», expresó Pence.
Unas horas antes, Çavusoglu había defendido en el mismo escenario el derecho de Turquía, como país independiente y soberano, a definir su relación con otros Estados, más allá de los intereses de la OTAN.
«Turquía no tiene que elegir entre Rusia y otros aliados. No vemos la relación con Rusia como una alternativa a otras. Nadie, ni Occidente ni Rusia, debería pedirnos elegir», aseveró Çavusoglu.
En el centro de la polémica se encuentra la venta a Ankara, por 2.500 millones de dólares, del sistema antimisiles ruso S-400, uno de los orgullos de la industria armamentista rusa que garantiza el derribo de objetivos aéreos –desde cazas a misiles de crucero– a una distancia de hasta 250 kilómetros.
Çavusoglu afirmó que esa adquisición, formalizada en septiembre del año 2018, saldrá adelante a pesar de las «amenazas» de Washington y agregó: «Es un trato que ya está hecho, no vamos a dar un paso atrás».
No obstante, el gobierno de Donald Trump ha presionado a Turquía para que rompa ese pacto y, por eso, el Pentágono suspendió esta semana la entrega de cazas F-35 a las Fuerzas Armadas turcas.
Pence amenazó a Turquía con expulsarle definitivamente de ese programa, lo que, dijo, podría dañar las empresas armamentísticas turcas que fabrican los componentes de los F-35.
«Si Turquía completa su compra del sistema antimisiles ruso S-400, entonces Turquía no solo se arriesga a ser expulsado del programa F-35, que dañará la seguridad de Turquía, sino que también se sentirá el impacto en las compañías turcas que fabrican sus componentes», amenazó Pence.
A Estados Unidos le preocupa que Turquía use esos cazas F-35 cerca del sistema antimisiles S-400, puesto que podría dar lugar a una transferencia de información, lo que pondría en peligro los secretos de la OTAN, detalló a la prensa el martes la Embajadora de Estados Unidos ante la organización, Kay Bailey Hutchison.
Las autoridades estadounidenses también se oponen a que Turquía utilice ese sistema antimisiles ruso porque temen que Rusia pueda usarlo para robar tecnología norteamericana.
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