Pese a las miles de personas que desde hace un mes acuden a las protestas contra el gobierno de Venezuela, la canciller Delcy Rodríguez no reconoce un descontento nacional.
En una entrevista con BBC Mundo, la ministra de Relaciones Exteriores admite errores, pero achaca la crisis que atraviesa el país a una «guerra económica» y al «juego geopolítico» de Estados Unidos para rebajar el precio del petróleo, principal fuente de ingresos de Venezuela.
La caída de precios de la principal fuente de riqueza del país es una de la causas del deterioro económico de Venezuela en los últimos años.
Medicinas, alimentos y productos básicos escasean o alcanzan un precio imposible de costear para el bolsillo medio.
A esa situación se suma que la crisis política en Venezuela recrudeció desde finales de marzo con las sentencias del Tribunal Supremo de
Justicia por las que se arrogaba poderes de la Asamblea Nacional, ahora en manos de la oposición desde las elecciones legislativas de 2015.
Desde entonces, casi 30 personas han muerto en hechos vinculados con las protestas.
La oposición, pese a que las sentencias fueron modificadas parcialmente, habla de un «autogolpe de Estado» y de una deriva autoritaria.
Pero la canciller asegura que es el gobierno el que se defiende de un golpe de Estado.
BBC Mundo habló con Rodríguez sobre la crisis, la salida de la OEA (Organización de Estados Americanos) y sobre cómo puede terminar el conflicto.
¿Reconoce que hay un gran descontento y una división?
No, yo no reconozco que haya un gran descontento, yo creo que fueron activados los sectores más extremistas de la oposición venezolana causando violencia.
Pero hay miles de personas en las calles de Venezuela. Hay un gran clima de tensión que no parece sostenible, ¿cómo se soluciona?
La división política ha estado desde que se fundó la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (…) Desde entonces ha estado marcada por la contradicción entre dos sectores polarizados. ¿Cómo salimos? El presidente Maduro ha hecho llamados categóricos para el diálogo y la oposición responde con violencia, se opone al diálogo (…).
Se sentaron a dialogar hace unos meses y no prosperó. En una negociación hay que hacer concesiones. ¿Qué estaría dispuesto a ceder el gobierno a la oposición?
Es que no se trata de ceder, se trata de respetar el estado de derecho.
En el diálogo acordamos cuatro puntos. Primero, trabajar conjuntamente para superar las agresiones económicas. Y desde la Asamblea Nacional suscriben acuerdos contra el estado de emergencia que dictó el presidente. ¿Quién incumple el acuerdo?
Pero la Asamblea Nacional ha visto sus poderes mermados por parte del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ)…
No es real. La oposición se comprometió a desincorporar a los diputados de Amazonas (tres diputados cuya elección fue denunciada por supuesto fraude y por el que el TSJ considera en desacato al poder legislativo).
Y lo hizo el 5 de enero…
No, no lo hizo. Sigue irrespetando la decisión del TSJ. Se comprometió a desincorporar a esos diputados, no lo ha hecho. Todavía estamos esperando. No lo hizo el 5 de enero, los desincorporan para esa sesión, pero no están desincorporados de la Asamblea en su condición de diputados.
Luego, otro punto del acuerdo es el respeto a la soberanía. Y hay llamados a que se intervenga Venezuela.
Y dicen que el gobierno debe sacar un cronograma electoral, lo cual es otra burla. En Venezuela está en curso un cronograma electoral. El poder electoral dijo que este año habría una elección regional y el año que viene, la elección presidencial, en diciembre de 2018.
Ahora se están validando los partidos. Ese proceso va a culminar entre junio y julio de este año.
Entonces ya no se cumple ese cronograma. Las regionales, previstas en principio para final de 2016, estaban pautadas para final del primer semestre.
Sí que se cumple, porque cuando termine el proceso de validación de esos partidos, el poder electoral fijara la fecha que corresponda para la elección que corresponde este año.
¿No tienen miedo de ir a unas elecciones tras los resultados de las legislativas de 2015 y el deterioro de la economía?
Para nada. El presidente Maduro ha dicho que vamos a un proceso electoral y nuestra gente se esta preparando para una elección.
Vamos a ir a los procesos electorales que correspondan conforme a las leyes de Venezuela, no conforme al chantaje de gobiernos aliados de la oposición venezolana en el exterior.
¿Por qué Venezuela se sale de la OEA (Organización de Estados Americanos) en lugar de seguir dando su batalla desde dentro?
El comandante (Hugo) Chávez siempre dijo que la OEA no era coherente con nuestros postulados en política internacional (…) Ha habido una actuación ilegal, desviada, desmedida y arbitraria de su secretario general (el uruguayo Luis Almagro).
No existe una organización regional en el mundo que muestre un comportamiento tan ilegal, desviado, como el del secretario general de la OEA, que dedicó su actuación a agredir a Venezuela.
¿Están hablando ahora con la oposición?
Con algunos sectores sí, mantenemos siempre diálogo.
¿Qué se dicen?
Hablamos de la situación, hay coincidencia de cesar la violencia. Esas imágenes al exterior no le hacen bien al país.
Critican la división de la oposición, pero en las últimas semanas, la fiscal general, Luisa Ortega, se ha desmarcado del mensaje más oficial.
¿Le genera incomodidad al gobierno?
La Fiscalía General de la República debe mantener una posición imparcial, debe mantener una posición no partidista.
A veces habrá decisiones que agraden y a veces que no agraden, pero hay que respetarla. Me preocuparía que un órgano del poder público esté tutelado por fuerzas internacionales.
La oposición hace varios pedidos al gobierno como unas elecciones generales, la liberación de presos políticos, la apertura de un canal humanitario para solucionar los problemas de alimentos y medicinas que tienen parte de la población. ¿Hay algún punto en el que pudieran estar próximos?
El canal humanitario supone la existencia de una crisis humanitaria. Esa es una versión construida por el Pentágono, por la que Estados Unidos podría intervenir de existir un problema humanitario.
Llamémosle de otra manera, pero que llegue ayuda de alimentos y medicinas…
Pero es que es importante. En Venezuela existe el programa Barrio Adentro. La persona que asiste tiene asegurado su medicamento. (La denominación de canal humanitario) Es un comodín para la intervención nacional y no se ajusta tampoco a la realidad.
El hecho de que un ciudadano te diga a ti que va a la farmacia y no consigue un medicamento no necesariamente quiere decir que no hay acceso a los medicamentos.
Pero hay un problema de acceso a las medicinas en el país…
En el sector privado comercial hay un problema quizás de abastecimiento de medicamentos, pero no en el sector de asistencia pública de salud que existe en todo el territorio nacional (…) Los países que piden intervención por razones humanitarias en Venezuela tienen crisis de pobreza, se mueren niños de hambre en sus países. Entonces hay un doble estándar.
La oposición y varios países denuncian una deriva autoritaria, un autogolpe e incluso una dictadura.
Son las fantasías aventureras que forman parte de esa histeria internacional que con sesgo aborda el tema de Venezuela.
Yo sé lo que es una dictadura. Yo no he visto en la historia contemporánea de Venezuela un gobierno que atienda, respete, garantice y promueva los derechos humanos como el caso de la Revolución Bolivariana.
Hoy tenemos un gobierno tratando de defenderse de un golpe de Estado, de una insurrección violenta de naturaleza terrorista, es un gobierno defendiéndose.
¿Cómo se reconcilian las dos Venezuelas? ¿Cómo termina esta situación?
En el alma del pueblo venezolano no está marcado el enfrentamiento fratricida. Eso es parte del guión imperial para que ocurra, pero los venezolanos son personas contemporizadoras, no son personas propensas a la confrontación y la guerra.
Yo tengo absoluta confianza en que Venezuela va a superar la discordia política, que no quiere decir reconciliación de posiciones, porque son visiones antagónicas
¿Hay odio entre las dos partes?
De parte de la oposición he visto llamados de odio muy fuertes y por eso sabemos que tiene marca extranjera, porque no forma parte de la identidad y del gentilicio venezolano.
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