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La gente camina hacia puntos de concentración bajo la mirada de la policía

Los alrededores del Sebín no tienen ningún dispositivo de seguridad especial y la calle frente a la sede del cuerpo de seguridad está abierta al tránsito

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Todos los caminos que conducen a la autopista Prados del Este y al distribuidor Santa Fe ya estaban trancados desde temprano. Largas filas de automóviles se veían a lo lejos, eran conductores que trataban de acercar a manifestantes lo más posible a uno de los puntos de concentración del este de la ciudad.

Sin embargo, el oeste caminaba para llegar lo más lejos posible, con la intención de participar en la marcha del Primero de Mayo convocada por el presidente interino Juan Guaidó. La empinada vía que conecta la urbanización Los Campitos con Cumbres de Curumo no fue obstáculos, pues de lado y lado se veía caminar a la gente, la mayoría con franelas blancas y banderas tricolor. Todos hacia Santa Fe, a pesar de ser vecinos próximos de una de las entradas del Fuerte Tiuna, un importante recinto militar del área metropolitana de Caracas.

A diferencia del martes 30 de abril, todos los comercios están cerrados y se ve poca actividad en las calles. En la vía que comunica Cumbres de Curumo con Santa Mónica, ya más al oeste de la ciudad, lo que se ven son algunos automóviles, pero la marcha de los caminantes de franelas blancas es la constante. Algunos van en dirección a Plaza Venezuela. Otros planean remontar la cuesta hacia Santa Fe.

Cada dos cuadras se encuentran algunos agentes de la Policía Nacional Bolivariana apostados. Algunos con motos, otros con escudos antimotines, pero su actitud no es amenazante, es sus rostros lo que hay es indiferencia y cansancio.

El mayor contingente de uniformados se encuentra en la calle Los Hoteles, que comunica Bello Monte con la avenida Las Acacias en Sabana Grande. Allí tienen estacionados una tanqueta y una ballena y aproximadamente 10 agentes con escudos antimotines. Pero los caminantes les pasan por un lado, hacia Plaza Venezuela.

El mismo paisaje por la Libertador, aunque los que van hacia Altamira se confunden con muchos transeúntes o vecinos de la zona. El tránsito es casi inexistente, no hay comercios abiertos ni buhoneros.

Los alrededores de la sede del Sebín no tiene dispositivos de seguridad especiales e incluso la calle del frente del edificio está abierta al tránsito. 

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