Por JOSÉ ANTONIO PARRA
Ciertamente el poemario de Karla Castro (Valera, 1985), Tiempo añil (Oscar Todtmann Editores, 2017), es un trabajo de gran depuración. Una de las cosas que más llama la atención es el tono exquisito, al igual que ciertos exotismos en cuanto a la representación de las imágenes. Ello le da una gran calidez al trabajo. Esta obra está plena de cromatismos y en ella la autora apela al tiempo de la infancia con gran preciosismo. Los tópicos abordados a lo largo de este trabajo tienen un potente tono existencial, focalizados en la muerte. Obviamente, y dado que esta poeta tiene como background la psicología, la palabra en este caso tiene una función sanadora de los aspectos tanáticos del alma. Sin lugar a dudas estamos con Tiempo añil en presencia de la epifanía de una voz lírica femenina muy desenvuelta. A propósito de ello escribe muy acertadamente Carmen Verde Arocha en el prólogo del libro:
“Hace tiempo, Eugenio Montejo intuyó en su agudeza y fina percepción, que la creación es pasivamente femenina y debe ser enfrentada, por lo tanto, desde la indefensión, tal vez, sea esto lo que percibimos en el juicio prudente, entreabierto que se lee en Tiempo añil. Una poesía que impulsa a cruzar el agua, hacia el interior de la mujer que mira callada en el poema. Lo callado es parálisis que articula el discurso poético de Karla Castro”.
Hay, si se quiere, una tonalidad hermética en esta propuesta en el sentido de que la poeta pone en evidencia la presencia de aspectos enigmáticos e indecibles del alma. Ello se ve por ejemplo en su poema “Arcano”:
“Te encuentro donde ahora yaces
convertida en renuncia
la velocidad inexorable fue Gorgona
Tu rostro
antes rosa abierta
es ciprés de piedra
Este poema herido
me hace sauce
Quién pudiera preguntarte algo
porque el silencio enluta
y me deja a la intemperie
En esta historia
hay alguien vivo y
hay alguien muerto
Me confundo contigo
pues la viva no soy yo”.
Incluso, hay en el trabajo de Castro una tonalidad mística que junto a ciertos matices confesionales le da una gradación ecléctica a sus texturas. En ella hay la impronta de una voz que deviene con gran naturalidad, a pesar de que expresa temáticas muy hondas y desgarradas.
El perfil biográfico de esta poeta pone en evidencia a una figura que se ha sumido en una profunda arqueología del alma y de sí, al igual que del ejercicio de la palabra en sus vertientes lírica y narrativa. Ella es psicóloga con especialización en clínica mental. En el presente ejerce como psicólogo clínico y psicoterapeuta de orientación psicoanalítica. En su oficio como escritora ha realizado textos tanto en narrativa como en verso y ha sido publicada en las antologías 102 Poetas. Jamming (OT Editores); Cien mujeres contra la violencia de género (Fundavag) y en los portales La Parada Poética y Stand Up Poetry. Asimismo, ha participado en diversos recitales con motivo de Caracas, así como en Festivales de Lectura en la Plaza Francia, y en el Jamming Poético del Ateneo de Caracas.
La poesía de Karla Castro se inscribe en las nuevas tendencias de la lírica venezolana y es per se una apuesta genuina y plena de preciosismo. Sin lugar a dudas este trabajo constituye una expresión potente del alma femenina. Oportuno resulta entonces cerrar esta breve nota con el poema de Castro, “Run for cover”:
“I
Con el tiempo he llegado a pensar
que la venganza es un hábito infantil
el resentimiento me dio la vida
de joven me sentía cerca de él
era mi compañero de cama
estaba bajo mi ropa
era mi olor
todo empezó en un día de violencia
después un crepitar subterráneo
la desesperación en el corazón de la calma
de máscara la risa dura
es verdad lo que dicen
la juventud es indigencia
yo era pobre y pequeña
ahora solo me queda la guerra
esa obsesión de viejos
II
El hombre que está en la cama
es mío
lo compré para que viniera a dormir conmigo
nunca lo beso
en el amor
todos mentimos
III
Razón tiene el escritor italiano que me gusta
nuestro problema es que lo único que nos hace sentir vivos
está destinado a matarnos lentamente
falta que tengas un minuto de espera
una amiga en demora
el bus atascado en el tráfico
para que todo se derrumbe sin condiciones
No sé qué hacer
es invencible la angustia de ser feliz de esta manera”
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Tiempo añil
Karla Castro
Oscar Todtmann Editores
Caracas, 2017
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