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La alternativa: ALHILO

“¿Qué se podría querer ver publicado? A pesar del momento difícil, esa pregunta nos mantiene unidas y enfocadas en poder hacer algo. En no soltar el anhelo. Y desde allí que este anhelo tome forma”. Serie editoriales independientes: Alhilo

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Las editoriales independientes en Venezuela responden ante la crisis del país con apuestas cada vez más arriesgadas, sólidas y meritorias. Presentamos una serie de preguntas que les hicimos a los más destacados sellos nacionales de esta naturaleza, sobre el origen de su iniciativa, la labor que realizan, los autores que publican y sus próximos proyectos. Empezamos la serie con Alhilo, editorial que se inició en el año 2014 y que está conformada por Ana Lucía De Bastos, Alexis Pablo y Annabel Petit. 

―¿Qué motivaciones y entusiasmos determinaron la creación de su editorial? ¿Cuál es su historia? ¿Por qué el nombre?

“Una coincidencia en tres partes. Cada una de las que ahora conformamos alhilo editorial, de distinta forma, estaba investigando y aprendiendo temas relativos a la edición. La amistad que previamente nos unía nos invitó a entretejer esos hallazgos y experiencias personales en un trabajo en equipo que sigue enriqueciendo, a su vez, esa amistad. El nombre alhilo se refiere a la cualidad artesanal que proponemos con la editorial y alude directamente a un tipo de literatura de origen portuguesa que se dio también en Brasil. Era y es conocida como ‘literatura de cordel’ y son textos, a modo de folletines o proto-fanzines, que se colgaban libremente en plazas y espacios públicos como quien cuelga ropa al sol. De ese modo el vecindario podía leer poesía, sátira, crítica social, como un periódico o casi un ‘chismógrafo’, muchas veces anónimo, que sin embargo llegó a alcanzar bellas formas y darle voz a los que no gozaban de ella. En las colonias portuguesas estaba prohibida la imprenta, por lo que se dieron estas otras formas de publicación. Esta forma más cruda y artesana, no carente de belleza y con un importante componente lúdico, nos inspiró y el nombre alhilo busca homenajearla. El nombre fue conseguido por un gran amigo de la editorial, Jordi Ubanell, que llegó a esta palabra conversando con nosotras sobre posibles vocablos. Nos gusta porque por un lado, parece una palabra anterior a nuestra editorial, quizá de origen árabe, y porque las eles que la envuelven hacen que la lengua baile un poco en la boca. Se deja paladear”.

―¿Con qué criterios decide su editorial la publicación de un libro? ¿Podría darnos algunos ejemplos al respecto?

“Conociendo la gran variedad del panorama editorial venezolano, con sus editoriales estatales y las muchas opciones independientes que comenzaban a proliferar, nos inclinamos en 2014 por darle soporte físico a las muchas ilustraciones que Sara Fratini, ilustradora venezolana, venía compartiendo en su página y en Facebook de manera digital. Darle forma y materia. De ese modo nos presentábamos apostando por libros ilustrados, novela gráfica o todo aquello menos explorado que se relacionaba con la imagen, intentando no competir con las muchas y bellas opciones literarias, sino expandir las opciones del mercado venezolano. Luego, al conocer el trabajo de la artista y poeta Elissabetta Balasso quisimos entrar en su universo, también hasta ahora predominantemente digital, y compartir un juego, como ella propone una y otra vez en sus eventos digitales grupales. En ese caso hemos podido hilar su trabajo y el de, por ahora, dos ilustradores venezolanos. La artista María Solías y el ilustrador Jean Pierre Clarac. Tanto el caso de Fratini como el de Balasso han sido poco premeditados, más bien encuentros que nos dejaban un destello y nos hacían pensar: ‘sí, vamos por aquí’”.

―¿Hay libros más apropiados que otros para los buenos oficios de una editorial alternativa?

“Un libro de una editorial alternativa tiene la dicha de no tener que preocuparse por su posible ganancia económica, es decir, no tiene, en principio, que deberse a las ventas. Esto da una gran libertad al artista o escritor y a sus editores. De todos modos, por las propias características auto-financiadas de nuestra editorial los límites son de poder adquisitivo. Quienes nos acompañan corren ese mismo riesgo que da la libertad de lo precario, que a nada se debe pero puede que tampoco, por lo mismo, gane mucho. Es un tira y encoge que, importante decirlo, puede resultar en una apuesta ganadora, donde se disfrute su libertad y obtenga, como quien no quiere la cosa, beneficios”.

―¿Para un autor, qué diferencia hay entre ser publicado por una editorial independiente o por una editorial comercial?

“La diferencia casi siempre tiene que ver con alcance. Una editorial comercial, en principio, tiene una red de distribución mayor y aspira a tener mejores ventas. Pero todo es especulativo, el mundo del libro como cualquier mundo comercial es impredecible”.

―¿En qué consiste la contribución que las pequeñas editoriales independientes hacen a los lectores?

“Para ampliar la oferta, conocer nuevas voces o imágenes, ver con otra propuesta material la obra de un autor querido, o de uno olvidado: en definitiva, para descubrir”.

―¿Qué clase de apoyo deberían recibir las editoriales alternativas? ¿De acuerdo a su experiencia, dirían que son respaldadas por otras instituciones, que suelen recibir financiamiento o apoyo promocional externo?

“No en nuestro caso. No estaría mal recibir algún tipo de apoyo, pero el apoyo puede suponer a veces menor libertad, lo que no estamos dispuestas a pagar. Habrá que ver qué nos ofrece el tiempo”.

―¿Qué es lo más difícil de gestionar para una editorial como la suya?

“Los contratiempos de la realidad venezolana, el no estar todas en el mismo sitio”.

―¿Cuál es la mayor dificultad con que se han enfrentado en el último año?

“Este año ha sido tan complicado a nivel personal y colectivo por las evidentes injusticias del estado, que ha repercutido directamente en nuestro trabajo. Esperamos cerrar el año de otro modo”.

Y en efecto lo hacen: cierran el año anunciando la presentación de su nuevo título, Apuntes de viaje de una semilla de cacao de Alessandra Vassallo, para el 9 de marzo de 2017, en la librería El Buscón de Caracas. 

―¿Qué explica, en su opinión, el surgimiento de pequeñas editoriales independientes a lo largo de los últimos años?

“Es posible que sea la inevitable emergencia de un hecho importante, que es confiar en lo que se puede hacer aquí y aprovechar al máximo los recursos creativos con los que se cuentan”.

―¿Cómo influye el contexto nacional en su labor editorial: imprenta, distribución, promoción, ventas?

“¿Qué se podría querer ver publicado? A pesar del momento difícil, esa pregunta nos mantiene unidas y enfocadas en poder hacer algo. En no soltar el anhelo. Y desde allí que este anhelo tome forma. Tal vez una forma breve, en la actualidad, cuyo compromiso sea más latente que constante. El tema imprenta se complica con la falta de papel, con la variación semanal de los precios, con la dificultad de que las ventas de un libro nos rindan para la hechura del siguiente o una nueva edición. Esto, claro, debido a la mega-inflación. Nuestra distribución es pequeña y personalizada, por envíos o en las librerías amigas de Caracas, así que en ese sentido artesanal nos hemos sentido seguras y tranquilas. La promoción y ventas, siempre que ha sido en Venezuela, han sido buenas, pues aquí tenemos nuestras querencias. El segundo volumen de la serie Aventuras oníricas de La Novia Manca, el fanzine Chaussures del ilustrador venezolano Jean Pierre Clarac fue publicado y presentado en Barcelona, lo que nos mantuvo en otra dinámica, que también nos resultó muy enriquecedora. Conocimos una librería y unos libreros excepcionales en Barcelona y contamos con todas las opciones para la impresión y los tipos de papel, una riqueza que tiene como contraparte el alto costo de los mismos. Esperamos imprimirlo próximamente en Caracas”.

―¿Dirían ustedes que el ser una editorial alternativa ha funcionado como ventaja o como desventaja dentro del mercado editorial actual en el que se desempeñan? ¿Por qué razones?

“Para nuestras expectativas ha funcionado como ventaja, puesto que hemos mantenido un vínculo entre lo que en realidad podemos hacer con lo que podemos recuperar. Eso si bien supone limitaciones, también nos brinda mucha libertad, porque podemos establecer bonitas alianzas y conocer artistas que tienen claro un trabajo y nos han permitido como editorial poderlos presentar. Hemos aprendido mucho en nuestro corto camino, y quizá por ello lo que más queremos es concretar este aprendizaje en mayor cantidad de libros publicados. En eso intentamos seguir –no soltando la piedrita– para seguir jugando”.

―¿Cómo es la proyección de una editorial como la suya fuera del país?

“Al estar repartidas en dos países pero además teniendo una red de amigos venezolanos por nacimiento y de corazón en tantas partes, y al igual que casi todos los venezolanos en los momentos actuales, creemos que la palabra proyección nos habla más de un soporte prácticamente ya tangible en nuestras mesas de trabajo, y que es considerado con mayor frecuencia en nuestra existencia como editorial. Por ejemplo, una amiga muy querida, Keila Vall de la Ville, organizó en Nueva York un evento entrañable entre editoriales alternativas y latinoamericanas ‘Hilando al margen de la letra’, en el que participamos con otras editoriales que respetamos y admiramos mucho, así como con el soporte brindado por ferias independientes e itinerantes como la FLIA, en Venezuela, Argentina y Colombia en la que hemos estado presentes. Más que la proyección, creo que coincidimos al pensar en la oportunidad que brinda el estado ‘de estar afuera’ en el que podemos los venezolanos sentirnos, nunca habiéndonos ‘ido demasiado’ de aquí. Pero moviéndonos estamos firmes, eso sí. Modo festina lente, apurándonos despacio. De modo que las tres seguimos con nuestro trabajo en nuestro caparazón allí donde vayamos o con cuantas cosas estemos haciendo al mismo tiempo (las tres combinamos nuestros trabajos en traducción, docencia y artes gráficas con nuestro trabajo en alhilo). Nos importa sobre todo que dentro o fuera, el trabajo se pueda realizar. Por supuesto, este momento nos desafía mucho. Para bien o para mal, lo que no se pueda hacer en Venezuela se intenta hacer en Barcelona y lo que no se pueda en Barcelona, se intenta en Venezuela. Si no se puede en estos meses realizarlo, intentaremos después, y si no se puede en físico se trata en digital. Y si no se puede imprimir, se encarga para la venta. Todos los escenarios nos los jugamos y los entretejemos en la posibilidad”.

―¿Pueden comentarnos algún título o autor particular de la literatura venezolana que deseen o vayan a editar próximamente? ¿Por qué ese título o autor en especial?

“Estamos en la investigación de varios autores que en nuestra mesa de trabajo, en nuestro tablero, se han ido sembrando y ya casi floreciendo. Sabemos que nuestro ilustrador será el talentoso Óscar Hernández (Mr. Peek en las redes) con su impecable trabajo lleno de sensibilidad. De momento seguimos con el camino trazado en Aventuras oníricas, el libro / álbum de barajitas / fanzine inspirado y en honor al precioso trabajo de “La Novia Manca”, Elisabetta Balasso, y que cuenta con la mano e historias de diferentes artistas que reinterpretaron sus tarots personales”.

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Para más información sobre alhilo:

http://alhiloeditorial.blogspot.com.es

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