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Sacerdotes mexicanos fueron asesinados por presunto lazo criminal

Los sujetos que interceptaron a los padres también lesionaron a sus cuatros acompañantes 

Por EFE
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Los dos sacerdotes mexicanos asesinados la madrugada del lunes en el tramo carretero Taxco-Iguala fueron atacados por un grupo delictivo que conocía la supuesta vinculación de uno de ellos con una agrupación rival, señaló hoy la Fiscalía del Estado de Guerrero.

El homicidio de Iván Añorve Jaimes, de 37 años, párroco de la iglesia del poblado de Las Vigas, municipio de San Marcos, y Germaín Muñiz García, de 39 años y párroco en Mezcala, municipio de Eduardo Neri, se dio cuando regresaban de la población de Juliantla.

La camioneta en la que viajaban fue interceptada por individuos que, además de matar a los sacerdotes, dejaron lesionados a cuatro acompañantes, dos hombres y dos mujeres.

De acuerdo con un comunicado de prensa de la Fiscalía de Guerrero, las víctimas habían asistido a un baile en Juliantla, donde «acudieron muchas personas pertenecientes a diversos grupos delictivos».

Por los testimonios de los asistentes a la fiesta, se sabe que existió un conflicto en el que se vio involucrado el grupo de personas que acompañaban a los sacerdotes.

La Fiscalía apuntó que Germaín Muñiz había sido fotografiado anteriormente portando una arma de fuego de grueso calibre, así como en compañía de hombres fuertemente armados pertenecientes a un grupo delictivo que opera en la región.

«Dichas fotografías circularon durante mucho tiempo en las redes sociales, de lo que deviene que tanto la sociedad como grupos delictivos contrarios observaron dichas imágenes», y que conocían el contenido de una nota periodística que relacionaba al sacerdote con una agrupación criminal, argumentó.

Esta circunstancia fue, según la Fiscalía, «lo que desencadenó el ataque armado a las hoy víctimas».

Por otra parte, las autoridades han constatado que los atacantes, después de huir del lugar de los hechos, robaron un vehículo y se adentraron en el aledaño Estado de México, concretamente en el municipio de Ixtapan de la Sal.

«Se logró determinar plenamente que los agresores de las hoy víctimas pertenecen y operan con un grupo de la delincuencia organizada del Estado de México», estableció la Fiscalía guerrerense.

Asimismo, la institución informó que ha pedido la colaboración de la Fiscalía del Estado de México para dar con la localización de los homicidas.

El obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel, descartó que el asesinato de los sacerdotes esté vinculado con la delincuencia organizada y lo consideró un crimen relacionado con el ambiente de inseguridad que se vive en Guerrero.

Aseguró que los sacerdotes fueron a la fiesta a reunirse con empresarios para que los apoyaran para hacer presentaciones musicales y rechazó que hubiese ocurrido una riña en el sitio la reunión.

«Esa es mi hipótesis, no le hallo ninguna otra explicación», sostuvo el obispo durante una misa en la iglesia de San Francisco, municipio de Apango, donde oficiaba el sacerdote Germaín Muñiz. 

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