El gobierno alemán registró el año pasado al menos 950 delitos contra musulmanes y sus instalaciones, ataques entre los que se incluyen agresiones físicas, difamaciones y profanaciones con sangre de cerdo, según recoge en su primera estadística de este tipo.
Ésta es la cifra aportada por el Ministerio de Interior en respuesta a una interpelación parlamentaria de la izquierda y que este sábado publica el diario Neue Osnabrücker Zeitung.
Entre los delitos contabilizados destacan 60 agresiones físicas contra musulmanes, en las que 33 personas resultaron heridas.
No obstante, en la cifra total están también incluidos delitos de odio contra peticionarios de asilo musulmanes, cartas amenazantes, ataques a mujeres con velo, profanaciones de mezquitas con sangre de cerdo, y pintadas de símbolos nazis en centros y domicilios de musulmanes.
La mayoría de estos delitos fueron cometidos por ultraderechistas, según el Ministerio de Interior.
El informe de 2017 es el primero de este tipo disponible, ya que las autoridades alemanas no habían recopilado esta información previamente, por lo que no se pueden establecer comparaciones.
Recientemente se difundió que Alemania registró en 2017 algo más de 2.200 delitos contra refugiados y sus centros de acogida, cerca de un tercio menos que el año previo.
Según recogieron los medios del grupo Funke en base a otra interpelación parlamentaria, en 2017 se contabilizaron unos 1.900 ataques a refugiados y más de 300 delitos contra albergues de acogida, en los que en total resultaron heridas unas 300 personas.
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