Luiz Inácio Lula da Silva, condenado en segunda instancia a doce años de prisión por corrupción, afirmó hoy que, si sus acusadores no presentan pruebas de los delitos que le atribuyen, tendrán que considerarlo «un preso político».
Lula da Silva atribuyó las investigaciones por corrupción en su contra y las sentencias desfavorables a una persecución para impedir que gane las elecciones presidenciales de octubre.
El dirigente del Partido de los Trabajadores (PT) volvió a declararse inocente y a reiterar sus aspiraciones como candidato en dos videos que publicó en las redes sociales este miércoles, un día después de que el Tribunal Superior de Justicia le negara un hábeas corpus con el que intentaba evitar su eminente prisión.
«Si no prueban un real (ilegal) en mi cuenta o un dólar que no sea mío en mi cuenta, tendré que ser considerado como un preso político», aseguró el mandatario al restarle totalmente valor a las pruebas presentadas en los juicios en que fue condenado en primera y segunda instancia por corrupción.
De acuerdo con el ex presidente, sin que quede demostrada su supuesta culpabilidad, los jueces que lo condenaron tendrán que asumir la responsabilidad de ordenar la detención del líder en todas las encuestas de intención de voto para las elecciones de octubre y de «la persona que fue el mejor presidente de Brasil».
«Hay personas que creen que tengo que huir a otro país o (refugiarme en) una embajada. No voy a hacerlo. Me voy a mi casa. Soy brasileño, amo este país y estoy seguro de lo que hice y de lo que puedo hacer por este país», aseguró.
Lula reiteró su intención de intentar un nuevo mandato presidencial en las elecciones de octubre pese a que la legislación brasileña inhabilita como candidato a las personas condenadas en segunda instancia, como en su caso.
«Quiero ser candidato porque soy inocente y espero que la Justicia pruebe mi inocencia hasta el día en que registre mi candidatura», afirmó.
Según el antiguo líder sindical, quienes lo persiguen tan sólo buscan frenar su candidatura porque saben que ganará las elecciones.
«Lo que los deja preocupados y decepcionados es que, si soy candidato, puedo ganar las elecciones ya en la primera vuelta ya que, si tengo que ir a segunda vuelta, también la ganaré. Si no soy candidato, ellos tendrán dos cupos. Estarán disputando dos cupos (a la segunda vuelta) sin mí», dijo.
Pese a su condena y a que es reo en otros seis procesos por corrupción, Lula lidera todas las encuestas de intención de voto.
Según un sondeo divulgado el martes por la firma MDA, si las elecciones fueran este martes, obtendría 18,6 % de los votos y se mediría en segunda vuelta con el diputado ultraconservador Jair Bolsonaro, un defensor del régimen militar que gobernó Brasil entre 1963 y 1985, cuya intención de voto es de 12,3 %.
En caso de que tuviera que enfrentar a Bolsonaro en la segunda vuelta, según la misma encuesta, lo vencería con 44,1 % de los votos contra 25,8 % del líder derechista.
Pero el sondeo también mostró que la mayoría de los electores rechaza la posibilidad de que el ex presidente dispute las elecciones por haber sido condenado por corrupción.
Según MDA, 52,1 % de los brasileños está de acuerdo con la condena por corrupción que le fue impuesta al ex presidente en enero pasado y 52,5 % considera que no debería disputar las elecciones por su condición de condenado en segunda instancia.
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