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El legado de Luis Alberto Machado

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El programa Aprendiendo a Pensar, liderado por Luis Alberto Machado en la década de 1980 en Venezuela, fue una iniciativa pionera que buscaba sembrar las semillas del pensamiento crítico, creativo y lógico en los ciudadanos desde una edad temprana. Machado defendía la idea de que la capacidad de pensar podía enseñarse, lo que tendría un impacto transformador en todos los ámbitos de la vida, desde la educación hasta el desarrollo social y económico.

Hoy, en un país marcado por desafíos complejos, este enfoque educativo merece ser reconsiderado y actualizado, no desde una perspectiva política, sino como una herramienta para construir una sociedad más reflexiva, innovadora y resiliente.

En un mundo inundado de información, enseñar a los estudiantes a distinguir entre fuentes confiables y la desinformación es crucial. El pensamiento crítico no solo les permitiría analizar con mayor rigor, sino también desarrollar una ciudadanía más informada y comprometida.

La reintroducción del pensamiento crítico en el programa curricular escolar podría reforzar la capacidad de los estudiantes para resolver problemas, una habilidad esencial en un contexto de crisis económicas, sociales y ambientales. Estas habilidades son la base para la innovación y el progreso en el país.

Ante los enormes retos económicos que enfrenta Venezuela, fomentar el pensamiento creativo desde una edad temprana podría formar a una nueva generación de emprendedores capaces de idear soluciones innovadoras a los problemas cotidianos. La creatividad no es exclusiva de las artes, sino que también es esencial en áreas como la ciencia, la tecnología y la gestión social. Al promoverla, Venezuela podría avanzar en el desarrollo de tecnologías propias y en la creación de soluciones sociales más eficientes.

El programa de Machado enfatizaba la importancia de enseñar a pensar, más allá del simple almacenamiento de información. Implementar este enfoque en la educación actual ayudaría a formar ciudadanos que no solo memoricen datos, sino que sepan aplicar ese conocimiento en situaciones de la vida real. Enseñar a pensar de manera crítica e independiente fomenta una ciudadanía más activa y capacitada para participar en los procesos democráticos, resolver conflictos de manera pacífica y contribuir al desarrollo comunitario.

El pensamiento lógico y la capacidad de tomar decisiones informadas son habilidades fundamentales para la vida cotidiana. Desde la administración de recursos hasta la participación en la comunidad, estas herramientas ayudarían a los venezolanos a adaptarse mejor a las circunstancias cambiantes. Aprender a pensar prepara a los ciudadanos para enfrentar situaciones adversas con resiliencia, algo esencial en el contexto de la Venezuela actual, caracterizada por la incertidumbre.

El pensamiento crítico también incluye la capacidad de comprender y respetar diferentes perspectivas, lo cual es clave para resolver conflictos sociales y políticos. Si fomentamos un pensamiento orientado hacia la resolución de problemas comunes, la sociedad podría trabajar de manera más unida. Promover el análisis profundo y el diálogo contribuiría a prevenir la radicalización y el extremismo, que a menudo surgen de la desinformación y el pensamiento irracional.

Desde Unidad Visión Venezuela consideramos que un ciudadano que sabe cómo pensar y analizar estará mejor preparado para tomar decisiones responsables en todos los aspectos de su vida, ya sea en lo personal, lo laboral o lo político. Esto puede llevar a una ciudadanía más activa y constructiva; en consecuencia, formar ciudadanos con pensamiento crítico y lógico refuerza los cimientos de una democracia sólida, donde los individuos no solo voten, sino que entiendan las implicaciones de sus decisiones y participen activamente en los procesos democráticos.

Luis Alberto Machado tenía razón cuando afirmaba que «la educación es el único problema del país». A casi cuatro décadas de la implementación de su programa, su visión sigue siendo más relevante que nunca. La educación es la clave para el progreso de Venezuela, y programas como Aprendiendo a Pensar podrían ser una pieza crucial para transformar nuestra sociedad.

En definitiva, la educación sigue siendo la base fundamental para el desarrollo de un país. Nunca es tarde para implementar un programa tan visionario y necesario como este.

«Moral y luces son nuestras primeras necesidades». Simón Bolívar

 

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X e Instagram: @OmarAvilaVzla

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