Estados Unidos y las principales potencias de izquierda en la región, Brasil, Colombia y México, analizan sus opciones respecto a Venezuela, que vive un clima de conflictividad político y social después de la proclamación de Nicolás Maduro como ganador de las elecciones presidenciales y la denuncia de la Plataforma Unitaria, que con actas de votación en mano, atribuye el triunfo a Edmundo González.
De acuerdo con una reseña de El País, a Nicolás Maduro se le ha visto irritado esta última semana y ha podido dormir poco: el oficialismo no se imaginaba el escenario en el que la oposición lograría demostrar, con las actas recolectadas, que ganó su candidato.
Ante un escenario de unos 2.000 detenidos en el contexto de las protestas, según cifras de Maduro, y al menos 12 muertos, de acuerdo la ONG Foro Penal, la comunidad internacional se pregunta cuál es la mejor forma de ayudar a solucionar el conflicto.
Estados Unidos aumentó la presión
El gobierno de Estados Unidos aumentó la presión sobre Maduro al reconocer a Edmundo González como presidente electo. Por otro lado, países cercanos en ideología a Maduro impulsan una negociación que pase por un recuento de las actas de votación, y si perdió el gobernante ofrecerle una saluda.
Sin embargo, una semana después de las elecciones el Consejo Nacional Electoral (CNE) no ha publicado las actas, algo exigido por la mayoría de los países que se han pronunciado. El Poder Electoral argumenta que tiene un plazo de 30 días para hacerlo.
Los presidentes Gustavo Petro, de Colombia; Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, y Andrés Manuel López Obrador, de México, han pedido al CNE que muestre las actas lo antes posible. Además, se mostraron en desacuerdo del reconocimiento que ofreció Estados Unidos a González.
Los líderes de Colombia, Brasil y México intentan iniciar una intermediación para lograr la presentación detallada de los resultados electorales y, además, sentar a negociar a Maduro y González, pero sin la participación de la líder opositora María Corina Machado.
El medio español concluye que, en vez de solucionarse la crisis política de Venezuela en las elecciones, lo que ha ocurrido es que se profundizó y llevó al país a un laberinto.
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