El Tribunal del distrito israelí Tel Aviv-Jaffa aprobó una extensión del cierre de la cadena catarí Al Jazeera en el país por otros 35 días, según confirmó este viernes el Ministerio de Justicia de Israel en un comunicado.
«La corte estableció que se presentó con pruebas convincentes, claras e inequívocas la conexión cercana en el tiempo entre el terrorismo de Hamás y el canal Al Jazeera», señaló el comunicado de justicia, según el cual la organización islamista promueve sus objetivos a través de la cadena.
El ministro de Comunicaciones israelí, Shlomo Karai, presentó la petición ante el tribunal para alargar el veto a la cadena que comenzó el pasado 5 de mayo, y que se basa en la conocida como ‘ley Al Jazeera’, una norma que permite prohibir de manera temporal la difusión en ese país de cualquier medio extranjero que dañe la seguridad del Estado de Israel.
El tribunal consideró que las retransmisiones de Al Jazeera incluían además muestras de la ubicación en tiempo real de las fuerzas armadas israelíes, por lo que no hay duda de que el canal supone una amenaza real para el Estado de Israel, según informó el comunicado ministerial.
La aprobación del tribunal es uno de los pasos necesarios para congelar de nuevo las actividades del medio catarí en Israel después de contar la decisión con el visto bueno del primer ministro, Benjamín Netanyahu, y del gobierno.
«La libertad de expresión reviste especial importancia en tiempos de guerra», dijo el tribunal como cierre al comunicado sobre su decisión, «sin embargo, cuando existe un perjuicio significativo para la seguridad del Estado, se da prioridad a esta última consideración, ya que, como se ha dicho anteriormente, los derechos civiles no son una plataforma para el exterminio nacional».
Al Jazeera es uno de los canales con mayor despliegue y periodistas en la Franja de Gaza, y desde octubre ha informado sobre la guerra que ya se ha cobrado la vida de 37.232 y unas 87.037 personas han resultado heridas, además de bombardeos de hospitales, ataques contra edificios residenciales y la muerte de gazatíes no armados, lo que, según expertos, podrían ser considerados crímenes de guerra.
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