Ya sea por musicales como Singin in the Rain o por filmes históricos como Ben-Hur, el centenario estudio Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) fue una pieza fundamental para crear el concepto de lo que es Hollywood ante el mundo: una industria de superproducciones llena de glamour y estrellas.
Cien años después de su formación, su legado -inmortalizado en aquella icónica introducción del majestuoso rugido de un león enmarcado por un dramático óvalo dorado- permanece en una industria cambiante y con un futuro incierto.
La historia del estudio convertido hoy en conglomerado de entretenimiento dentro del imperio Amazon comenzó el 17 de abril de 1924 cuando el magnate Marcus Loew, dueño de la cadena de cines Loew’s Theatres, concretó la unión de Metro Pictures, Goldwyn Pictures y Louis B. Mayer Pictures, ahora conocida como MGM, con la intención de tener producciones para mostrar en sus salas de cine de calidad.
Bajo la dirección de Louis B. Mayer, y con Irving Thalberg como jefe de producción, Metro-Goldwyn-Mayer fue el primer estudio en conciliar la idea de producción y distribución y gracias a ello poco tiempo después lo convirtió en el estudio más prestigioso de Hollywood.
En 1925, MGM estrenó The Big Parade, una película que retrataba las atrocidades que un joven soldado vivía durante la Primera Guerra Mundial, y Ben-Hur, el épico filme ambientado en los tiempos de Cristo que cambió para siempre el concepto de lo que era un estudio de cine por la gran producción que requirió el rodaje que reunió cerca de 150.000 extras.
«Lo que hizo MGM fue convertirse en una corporación y allanar el camino para lo que hoy conocemos como estudios, esas grandes «ciudades» con los tanques de agua», cuenta a EFE Angie Schneider, curadora de la exposición Meet The Stars: 100 Years of MGM Studios and the Golden Age of Hollywood, que actualmente exhibe el museo Hollywood Heritage de Los Ángeles.
Estudios como Universal y Paramount siguieron el concepto arquitectónico de la firma y crearon sus propias «ciudades», y MGM siguió innovando y marcando precedentes.
El estudio fue pionero en la experimentación con el proceso de cine en color llamado «technicolor» y la sincronización de las imágenes con el sonido.
Si bien el technicolor fue utilizado desde Ben Hur, la técnica logró su consolidación con El mago de Oz, protagonizada por Judy Garland en 1939 y dirigida por Victor Fleming, una de las cintas más populares de la historia del cine.
Además, gracias al llamado star-system, el sistema de contrataciones de exclusividad de los actores, MGM mantuvo entre sus producciones a actores como Clark Gable, Garland, Greta Garbo o Jean Harlow, con quienes lograron perpetuar parte de la idea de glamour, elegancia y fama que rodeó la Época Dorada de la industria estadounidense de la que ahora tan solo quedan algunos resquicios.
«Había un ‘estilo MGM’ que aunque la mayoría de la gente quizá no pudiera describirlo, sí lo reconocía en cuanto lo veía», cuenta en charla con EFE Robert Thompson, profesor de la Universidad de Siracusa (Estados Unidos) y fundador del Centro Bleier para la Televisión.
Declive e incertidumbre de los musicales de gran despliegue que protagonizaron Frank Sinatra, Fred Astaire o Gene Kelly, marcaron una nueva etapa, pero su declive llegó cuando una ley antimonopolios de EE UU prohibió a los estudios ser dueños de la distribución de sus productos, lo que hizo que tuviera menos recursos para el financiamiento de sus proyectos, aunado al auge que estaba teniendo la televisión.
Después de la nueva versión de Ben-Hur (1959) -la más conocida y exitosa- pocas películas sobresalieron con tal fuerza y finalmente la adquisición del estudio por el magnate Kirk Kerkorian, en 1969, terminaría con la imagen de MGM como el «gran estudio de Hollywood» para asociarlo con la cadena de hoteles de Las Vegas.
Tras un camino tortuoso de varios cambios de dueños más y la bancarrota en 2010, MGM llegó a manos de Amazon en 2022, y es su catálogo, conformado por 4.000 películas, 17.000 episodios de televisión y sus 180 premios Oscar, su activo más valioso.
«El impacto que las películas de Metro-Goldwyn-Mayer han tenido y siguen teniendo en los cineastas contemporáneos es extraordinario, por eso creo que su legado está seguro en todos los sentidos, pero tengo menos confianza en su futuro», apunta Thompson sobre una industria que sigue encontrando nuevas reglas frente a los avances tecnológicos y las plataformas de «streaming».
La exposición Meet The Stars: 100 Years of MGM Studios and the Golden Age of Hollywood, estará disponible hasta el 9 de junio y sigue la historia de MGM a través de los objetos personales y vestuarios icónicos de las estrellas que formaron parte de la época de oro de la MGM.
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