Prince Royce presentó este viernes el séptimo álbum de su carrera, Llamada perdida, en el que mantiene la «esencia» de la bachata tradicional y la «sustancia» en las canciones, para que duren toda la vida, según explica en una entrevista con EFE.
El neoyorquino está «feliz», pero dice que se siente «raro» porque es su primer álbum después de la pandemia y de muchos cambios en su vida personal y musical, entre ellos la separación de su esposa, la actriz Emeraude Toubia.
Llamada perdida contiene 23 temas, casi todos de «full bachata tradicional», y aunque es una producción que refleja «desamor, dolor», celebra el conocimiento de sí mismo, la aceptación y la madurez, dice el intérprete de «Darte un beso«.
A una pregunta de EFE de si hace catarsis como lo ha hecho Shakira tras su separación, contesta que definitivamente no ofrece «tantos detalles» como la colombiana, pero que sí es de los proyectos más vulnerables.
«No quiero decir que todo se trata de mi vida personal en el disco, pero es inevitable para un artista quizás inspirarse de lo que le pasa en su vida, y cantarlo, escribirlo; entonces creo que definitivamente es un disco que para mí fue uno de los más personales y más como que vulnerables también», asegura Prince Royce.
Se muestra sorprendido que solo como dos de las canciones de su nueva producción, que incluye instrumentación clásica como violines que recuerdan la música de sus inicios, «son positivas», mientras las otras son «corta venas», se ríe.
«Definitivamente hay mucha, mucha letra fuerte con profundidad», agrega el ganador de 24 premios Billboard a la música latina y 9 Latin American Music Awards, entre muchos otros galardones.
El disco incluye colaboraciones con Nicky Jam y Jay Wheeler en «Si te preguntan…», Lenny Tavarez en «¿Cómo salimos de este lío?», Ala Jaz en «Sufro», María Becerra en «Te espero», El Alfa con «Le doy 20 mil» y Luis Miguel del Amargue en «Anestesiada», como también con el artista de regional Gabito Ballesteros, en «Cosas de la peda».
La bachata va de la mano del romanticismo
Prince Royce por otro lado, está convencido de que «la bachata tiene mucho romanticismo» y ofrece una buena oportunidad en la composición, la guitarra y la voz romántica, además de que es bailable y se puede dedicar, matiza.
«Para mí una buena canción es una buena canción y creo que canciones románticas, canciones con sustancia son canciones que tienen la oportunidad de vivir una vida entera», subraya el cantante de 34 años.
Por eso el artista se mantiene fiel a la bachata, aunque ha incursionado en otros ritmos como recientemente con el sonido mexicano urbano con Gabito Ballesteros.
Sobre este género dice que le recuerda mucho la bachata porque posee mucho sentimiento y además se caracteriza por los músicos en vivo, en los conciertos.
El cantante sostiene que no le sorprende que el urbano mexicano haya «explotado» finalmente en 2023 a nivel internacional porque fue el fruto de mucho trabajo después de ser «grande» en la costa oeste estadounidense, en Texas y por supuesto en México.
«Me llena de mucho, de mucha felicidad, de verdad, porque es un género que tienen tiempo trabajándolo», explica el intérprete, que cuenta con más de 80 millones de seguidores en sus redes sociales.
«Creo que en general, la música es una montaña rusa, siempre van a ver diferentes géneros, modas. La gente quiere escuchar cosas nuevas, entonces creo que está bien», subraya.
«Encuentro bien el hecho de que el artista hoy en día puede también salir de su zona de confort», agrega.
El bachatero cuenta además que encontró el «concepto» de este nuevo álbum cuando le llegó una llamada al celular y no quiso contestar. Señala que esa decisión la conectó con la vida en general.
«Todo es una vía, una decisión, el hecho de decir algo, de no decir algo. Por ejemplo, creo que no decir algo es más difícil que decir algo», explica.
Además agregó que en su vida personal está tratando de no decir algo o no reaccionar tan rápido, no ser tan impulsivo. «A veces respondo el próximo día», dice Royce, quien asegura que estos últimos años ha madurado bastante.
«Piensen bien antes de mandar un texto», es el consejo final que da entre risas a sus fans.
Les anticipó además que está planeando una gira por Latinoamérica, aún sin fechas, pero por ahora lo espera una maratón, la de Tokio (Japón), el próximo 3 de marzo, la que también lo tiene entrenando y un poco nervioso, pero que espera disfrutar en compañía de su familia.
«Es una relación de amor y odio» que tiene ahora con esta prueba de resistencia deportiva, confesó.
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