La justicia francesa declaró culpables este lunes a cuatro adolescentes por acosar a un compañero gay de su mismo centro de secundaria, cuyo suicidio conmocionó Francia y recrudeció la inquietud sobre el acoso escolar.
Lucas se suicidó con 13 años de edad el 7 de enero en Golbey (noreste) tras dejar una nota en la que expresaba su voluntad de poner fin a sus días.
Sus familiares denunciaron que sufría acoso y que alumnos de su mismo centro se burlaban de él y le proferían insultos homófobos.
Por estos hechos, un tribunal de menores de Épinal (noreste) juzgo a cuatro adolescentes, a quienes declaró culpables de acoso, pero sin vincularlo al suicidio de Lucas.
Los condenados se enfrentan a hasta 18 meses de prisión –la pena se conocerá el 22 de enero de 2024–. La condena habría sido de hasta cinco años de prisión se si hubiera vinculado el acoso escolar al suicidio.
Pese a esta condena menor, la madre de Lucas expresó su «alivio». «Quería que se reconociera a mi hijo como víctima de acoso escolar, es todo lo que le debía, es mi combate ahora», abundó.
El gobierno expresó su intención de reforzar la lucha contra el acoso escolar a raíz de este drama, que no fue el único similar desde inicios de año.
El 29 de abril, un niño de 10 años se suicidó cerca de Lyon (sureste), en un contexto de acoso escolar, según sus padres.
Y el 12 de mayo, Lindsay, una adolescente de 13 años, se quitó la vida en Vendin-le-Vieil (norte). La justicia imputó a cuatro menores por «acoso escolar que condujo al suicidio».
El ministro de Educación, Pap Ndiaye, se reunió este lunes con los familiares de Lindsay, cuya madre lo acusó de no ser «sincero» en la lucha contra este fenómeno.
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